miércoles, 25 de febrero de 2009

El ministerio judeófobo

De cualquier cosa hacen un ministro, así que no les cuento lo que puede pasar con los secretarios de Estado. Toda una vida al servicio del PSOE, y una licenciatura en Derecho que, aunque luzca en la pared más sola que la una, no es poca cosa en el país de los presidentes bachilleres y los estadistas de currículum en blanco. Toda una vida pegada a las siglas tiene premio, y ahí que te lanzan, Soraya Rodríguez, al estrellato diplomático, mundial y estratosférico: secretaria de Estado de Cooperación.

De cooperación consigo misma, de cooperación con su partido y de cooperación al linchamiento de Israel y a la judeofobia. Porque resulta que la número dos de Moratinos, es decir, la segunda formalmente del ministro de Exteriores y la segunda materialmente de la nada absoluta, posee un tacto especial y gusta de apagar los fuegos con gasolina. Así, cuando empezaban a olvidarse las últimas canalladas, se saca de la manga la fracasada alcaldable de Valladolid y antisemita progre "1.500 asesinatos" de Israel en Gaza.

Asesinatos, lo que se dice asesinatos, los de su partido en la guerra sucia del felipismo, secretaria, por citar los más recientes y por no evocar las checas ni a Calvo Sotelo.
Cuando un Estado democrático, legítimo y (al menos hasta que llegó Zapatero al poder) amigo, se enfrenta a grupos terroristas armados o combate en una guerra, es importante averiguar algunas cosas: primera, con qué lado del conflicto coinciden nuestros valores como Estado (¿Con Hamás o con Israel?); segunda, cuántas son las bajas y de qué carácter (cite la fuente ignota que le permite hablar de "1.500 asesinados" en Gaza. ¿Quizá Hamás?); tercera: cuál es el concepto de asesinato.Compruebe estos extremos y pida perdón a Israel.

Y ahora que se ha animado Bermejo, aproveche para dimitir también usted y deje de ocasionarnos problemas con el único Estado democrático de aquella región del mundo.
Se han visto enseñas de su partido en manifestaciones favorables a los terroristas donde se vejaba la bandera de Israel, donde se acusaba de genocidio a las principales víctimas de genocidio que ha conocido la historia, donde se invertía el sentido de la palabra Holocausto.

Ha sido grave, pero eran manifestaciones callejeras. Lo demencial, lo inverosímil es que hooligans enloquecidos accedan a las Secretarías de Estado.

Juan Carlos Girauta es uno de los autores del blog Heterodoxias.net.

Fuente: Libertad Digital