El Dolor ante la maldad y la injusticia
Hay algo a lo que jamás me podré acostumbrar… Al dolor provocado por la injusticia y al de la maldad humana o mejor dicho, inhumana y por eso les contaré algo que para mi representa un gran dolor y mi reacción ante esto.
Desde que tengo memoria y aun niño, fuimos agredidos, insultados y diferenciados por ser judíos ¿De que puede ser culpable un niño? ¿De ideas de poder o de proselitismo religioso? Cosa que no hacemos; por esas presiones algunos de nosotros se transformaron en nuestros propios enemigos; se asimilaron y comenzaron a usar las mismas actitudes con nuestros propios iguales; se burlan de las vestimentas de nuestros religiosos y al mismo tiempo respetan, las investiduras del Papa, de sacerdotes o de monjas de cualesquiera de las otras religiones, como si la de ellos fuere normal.
Otro ejemplo de crueldad; una vez mientras cenábamos cuando yo era un adolescente; mirábamos la TV, justo a la hora de mayor audiencia, el informativo nos mostraba en Tailandia o Vietnam a dos hombres prisioneros, empujados en medio de la selva y atados de manos a sus espaldas; obviamente que alguien los estaba filmando y no era por casualidad; esos hombres fueron llevados al medio de la nada y les hablaban en un idioma extraño para mi; tal vez eran de un origen distinto al de sus captores o pensaban diferente; uno pedía clemencia y el otro acataba mansamente las ordenes de sus captores; los dos estaban en cuclillas y los captores las cercenaron igualmente con sus machetes; sus cabezas; que cayeron rodando por el piso como dos pelotas.
¡Pero esto no era un juego! ¡Ni un partido de fútbol! ¡Que barbarie! ¿Como metieron esto dentro de mi casa? Y sin pedirme permiso.
No pude cerrar los ojos ante esas crueles verdades, ni se debe vivir escondiendo la cabeza como el avestruz; eso me sirvió de enseñanza para el resto de mi vida. Yo no me daré por vencido ni aun vencido; sabias palabras de Almauerte y pienso que, hasta el pelo mas delgado hace sombra bajo el sol, como lo escribió José Hernández.
Por eso y otras miles de cosas que he visto en mi vida; yo me prometí que en un hipotético caso de plagio, enfermedad, y en toda circunstancia de la vida; no soportaré el dolor de las injusticias, ni la mentira o la calumnia; siempre seré un defensor de los principios morales, la amistad y la palabra; prefiero La paz antes que todo; pero también pelearé si es necesario para mantenerla y evitar esa molestia y esa opresión, que siento en mi pecho, cuando veo algo que no me agrada; deseando que el resto de la humanidad se contagie de esto.
¨ SHALOM ¨
Raúl Sergio Schtudiner
Hay algo a lo que jamás me podré acostumbrar… Al dolor provocado por la injusticia y al de la maldad humana o mejor dicho, inhumana y por eso les contaré algo que para mi representa un gran dolor y mi reacción ante esto.
Desde que tengo memoria y aun niño, fuimos agredidos, insultados y diferenciados por ser judíos ¿De que puede ser culpable un niño? ¿De ideas de poder o de proselitismo religioso? Cosa que no hacemos; por esas presiones algunos de nosotros se transformaron en nuestros propios enemigos; se asimilaron y comenzaron a usar las mismas actitudes con nuestros propios iguales; se burlan de las vestimentas de nuestros religiosos y al mismo tiempo respetan, las investiduras del Papa, de sacerdotes o de monjas de cualesquiera de las otras religiones, como si la de ellos fuere normal.
Otro ejemplo de crueldad; una vez mientras cenábamos cuando yo era un adolescente; mirábamos la TV, justo a la hora de mayor audiencia, el informativo nos mostraba en Tailandia o Vietnam a dos hombres prisioneros, empujados en medio de la selva y atados de manos a sus espaldas; obviamente que alguien los estaba filmando y no era por casualidad; esos hombres fueron llevados al medio de la nada y les hablaban en un idioma extraño para mi; tal vez eran de un origen distinto al de sus captores o pensaban diferente; uno pedía clemencia y el otro acataba mansamente las ordenes de sus captores; los dos estaban en cuclillas y los captores las cercenaron igualmente con sus machetes; sus cabezas; que cayeron rodando por el piso como dos pelotas.
¡Pero esto no era un juego! ¡Ni un partido de fútbol! ¡Que barbarie! ¿Como metieron esto dentro de mi casa? Y sin pedirme permiso.
No pude cerrar los ojos ante esas crueles verdades, ni se debe vivir escondiendo la cabeza como el avestruz; eso me sirvió de enseñanza para el resto de mi vida. Yo no me daré por vencido ni aun vencido; sabias palabras de Almauerte y pienso que, hasta el pelo mas delgado hace sombra bajo el sol, como lo escribió José Hernández.
Por eso y otras miles de cosas que he visto en mi vida; yo me prometí que en un hipotético caso de plagio, enfermedad, y en toda circunstancia de la vida; no soportaré el dolor de las injusticias, ni la mentira o la calumnia; siempre seré un defensor de los principios morales, la amistad y la palabra; prefiero La paz antes que todo; pero también pelearé si es necesario para mantenerla y evitar esa molestia y esa opresión, que siento en mi pecho, cuando veo algo que no me agrada; deseando que el resto de la humanidad se contagie de esto.
¨ SHALOM ¨
Raúl Sergio Schtudiner
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